3/01/2010

Texto de la nota de la Escuela

Hola a todos ,Acabo de pegar el texto de la nota porque me han llegado mails en donde me dicen que no se ve la nota en el link.
besos

Magola y otras mujeres en las caricaturas


Magola, la tenaz piernipeluda que debutó en el diario El Espectador, hace
ya 15 años, ha demostrado ser una de las pocas tiras cómicas colombianas
capaces, no solo de permanecer vigentes, sino de trascender las fronteras
para publicarse en varios países. En realidad este personaje, ha sido el
alter ego de su creadora, la caricaturista Adriana Mosquera Nani, quien,
cuando pensó en crear su propia tira cómica tenía en mente seguramente,
utilizar los dibujos para cantarnos sus verdades. En este mes de la mujer
y como homenaje a todas ellas, he aquí una reflexión sobre las mujeres en
las caricaturas.

Marzo, mes internacional de las Magolas

magolalogoHay un momento en el que la condición femenina y su particular
manera de existir en un mundo marcado por el machismo surge a la palestra
con mucha fuerza. Esa condición subordinada de la mujer puede rastrearse
en occidente muy atrás, desde el mundo antiguo, cuando - según nos cuenta
Aristóteles - la mujer estaba considera parte de la dote del hombre “al
lado del arado y el buey” y estaba recluida en el espacio doméstico - el
ámbito de lo privado -, porque solo el hombre estaba capacitado ‘por
naturaleza’ para trascender al espacio público.

Siglos mas tarde, la religión católica le asignó a la mujer el papel de
“costilla” y a partir de esta gastronómica decisión se forjó la muy
arraigada condición sumisa y subordinada de la mujer respecto del macho.

Cuando la mujer comenzó a trabajar fuera del hogar, junto con los niños se
convirtió en la mano de obra preferida en las fábricas que surgieron con
la revolución industrial. Al fin y al cabo siglos de sujeción al gris
trabajo del hogar la hacían el proletariado ideal: eficiente, práctica,
económica y sobretodo dócil.

Pero luego, en los tiempos en que crecían las luchas obreras, las mujeres
por andar en malas compañías, resultaron peleando hombro a hombro con los
hombres por salarios, y por mejores condiciones de vida. En esas
circunstancias es cuando en una huelga de mujeres obreras un grupo de
ellas, encerradas en una fábrica, murieron incineradas por los patrones y
entonces se acogió el día 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer.

Y ya en el siglo XX las mujeres conquistaron un lugar propio para reclamar
sus derechos como género. Pero allí la historia es larga y aquí el espacio
corto.

Mujeres en las tiras cómicas: de Mafalda a Magola

¿Cómo podríamos caracterizar el feminismo de Magola? Para empezar ella
misma no aceptaría ese calificativo de feminista. Porque ella parece
denostar de todos los ismos que ya le amargaban la vida a otra chica amiga
suya, tres décadas antes: Mafalda.

mafalditaY sin embargo, no se puede negar que hay un hilo conductor entre
estas dos chicas. El mundo de Mafalda con sus amigos, sus padres clase
media, sus preocupaciones frente al mundo, no son desconocidos para
Magola. mafalda_abollarEstoy casi seguro de haberme encontrado alguna vez
a Magola cuando era estudiante de universidad pública y sabía temer
también entonces a esos ‘palitos de abollar ideologías’ que señalaba
Mafalda.

Sin embargo, justamente ese paso por la universidad le mostró también que
las preguntas para las que buscaba respuesta tenían que ver mas con esa
manifestación de poder que tenían lugar no tanto entre el Estado abstracto
y un proletariado demasiado concreto, sino con esas relaciones que estaban
mas allá o mas acá de ese campo: el machismo y la condición de
subordinación del la mujer respecto del hombre. Lo vivió cuando descubrió
que muchos de sus compañeros –incluso los que alzaban consignas de
redención - tenían dificultad para mirar más allá de sus hormonas. Y lo
vivió más aún cuando decidió capotear su existencia desde un oficio en el
que también encontraba el predominio del macho: el de dibujante de
caricaturas (oh, perdón, estoy casi seguro que Magola es caricaturista…¿o
me equivoco?)

Con el tiempo Magola encontró el camino del éxito profesional. Le costó
trabajo pero, al paso que atendía los oficios domésticos, taconeaba de
aquí para allá para completar el presupuesto familiar en su nuevo rol de
ama de casa, pudo empezar a ver sus sueños realizados.



Aleida, Maitena y otras chicas de hoy

Los años noventas del siglo pasado talvez no eran la mejor época para
nacer, al decir de muchos. Las utopías se fueron al chanfle y si había una
mujer que representara el color de los tiempos que corrían esa era
Margaret Tatcher, una dama que encarnó el ascenso de la extrema derecha
conservadora al manejo del estado y que se dejó venir con las reformas de
corte neoliberal que echaron por tierras muchas de las conquistas de los
trabajadores en todo el mundo

maitena2En ese contexto, muchas de las mujeres de las caricaturas arriaron
también sus banderas y optaron por ajustar sus globos y hasta sus
onomatopeyas al estrecho horizonte que se precipitó sobre el mundo. Esto
no quiere decir que no hubiera mujeres exitosas en el mundo de las
caricaturas. Incluso ese éxito había demostrado su capacidad para
oscurecer el juicio. En Argentina una de ellas Maitena Burundarena,
declaraba: “No toco el tema de los desaparecidos ni el aborto ni la
fertilidad asistida…puede ser que mi trabajo moleste un poco; y eso me
alegra. Un poquito de humor tiene que molestar. Pero no tengo ninguna
pretensión con el trabajo que hago. Y aunque quede mal decirlo, es mi
trabajo y lo hago por dinero…. no tengo una actitud pedagógica ni pienso
que una página de historietas pueda cambiar nada".

¿Cómo asumiría Magola este cambio de perspectivas? La respuesta llegó sin
pensarlo tanto.

Un día - cosas de la vida de las caricaturas – Magola se encontró con una
chica mas bien antipática que se presentó como Aleida.

Aleida no era feminista, solo estaba desencantada de los machos. Lo
paradójico es que la vida se le iba en pensar en los mismos. Digo pensar,
porque en el fondo como toda mujer tradicional, condenada al silencio,
había terminado perdiendo la boca.



Aleida era sofisticada a la vez que fría e inexpresiva. Era evidente que
no era de éste mundo. No congeniaron del todo: no era posible imaginar a
Aleida barriendo la casa, atendiendo los niños, preparando el almuerzo. A
pesar de que aparentaba el aplomo y la seguridad de los aristócratas y de
que corría el rumor de sus amoríos de telenovela, en el fondo la aquejaban
los mismos demonios que a todas. Pero exteriorizarlo se vería mal en una
aristócrata. Al lado de ella, Magola, con sus temores y sus urgencias
resultaba demasiado prosaica.

aleida8En esos tiempos Magola estuvo tentada a trastearse con todos sus
trebejos a ese mundo light, liviano, intrascendente. Una de las grandes
tentaciones - que solían traicionar también a las mujeres en las
caricaturas - era la de dejarse deslumbrar por la farándula y terminar
como muchos otros personajes, consumidos por la obsesión de figurar. Pero
por el camino, Magola había venido a dar con demasiadas verdades,
demasiadas cosas que seguían despertando en ella la Mafalda que llevaba
por dentro. Vuelta al mundo real y a la agradable sensación de tener los
pies sobre la tierra, se sentía apenas una mujer normal. En esa condición
tan terrenal, había visto mujeres a las que de verdad habían desposeído de
la palabra. Supo de mujeres lastimadas en sus propios hogares y de otras
que, atrapadas en conflictos bélicos, no tenían ni siquiera la certeza de
estar completas al otro día. Seguramente fue el saber que la miseria del
mundo seguía buscando con especial predilección a las mujeres, lo que la
mantuvo en su sitio. Bueno, era el mundo al que pertenecía.

Felizmente a quienquiera que se le hubiera ocurrido dibujarla un día hace
ya quince años, no se le había olvidado dibujarle una boca. Era una
caricatura y por lo tanto tenía humor. Era una mujer y por lo tanto tenía
ideas. Eso era lo realmente importante.

Por Helman Salazar